13-14 octubre

El inicio ya prometía, pues la cena de recepción de participantes la abrió un bonito concierto de voz y acordeón, quedando todos impactados con la bonita voz de Olga y el ritmo de Valya. 

Iniciamos el día con ganas de marcha haciendo la carreterilla de Gavadá hasta l’Ampolla donde, gracias a la amabilidad del Sr. Alcalde, pudimos estacionar en un lugar privilegiado del puerto. Nos esperaban Rubén y su barco (Miradorbadia) para un viaje hasta la “musclera” de lo más divertido: música, risas, baile… inolvidable. En la instalación nos esperaban su hermano, que nos dio una perfecta explicación de la historia de la bahía, y una estupenda degustación. El regreso a tierra igual de maravillosa.

De nuevo agradecimiento al ayuntamiento de l’Ampolla, pues nos esperaba la policía local para guiarnos por su maravillosa localidad, en pasacalles, hasta la salida de la población en dirección Deltebre. Al llegar aquí ya era hora de comer y nos esperaba Héctor en el Sindicat de Deltebre; no os perdáis el lugar: un gran cocinero y productos de la tierra muy bien tratados. 

Nos quedaba la tarde, y la empleamos para visitar el Molí de Rafelet, que tampoco os debéis perder: escuchar las explicaciones de lo que es y representa para ellos el molino es escuchar la vida de la familia. Teresa y su hermano son grandes anfitriones, como también Eli, la guía. Nos ofrecieron un “tast” de sus productos: cerveza de arroz, arroz con leche, mini paella… todo delicioso.

El buen comportamiento del ayuntamiento de l’Ampolla quedó ensombrecido con el de Deltebre que, además de no proporcionarnos lugar de estacionamiento, para ello nos exigían pagar unas tasas. Después de 45 encuentros en pueblos, villas y ciudades de toda España es la primera ocasión en que nos piden pagar tasas… 

El segundo día nuestro camino cambio de dirección hacia la zona de Móra d’Ebre. Para empezar, disfrutando del “paso de barca” del río Ebro, deseando que no se pierda este tradicional servicio y, con ello, su disfrute. 

Una vez todos en Miravet, tras las correspondientes fotos del lugar nos dirigimos a Pinell de Brai para la visita obligada al celler modernista de la Catedral del Vi: precioso edificio. A continuación, y con los nervios a flor de piel, nos esperaba el circuito de Móra d’Ebre, donde recordamos con nostalgia las carreras de la Copa TS: mucha tensión desde la primera vuelta, donde el “pique” entre Coria y Molina de Aragón se saldó con la victoria final del primero, segundo Molina y tercero un desconocido pero prometedor joven corredor de Valencia: Sr. Jordi. 

La última visita fue al Museu del Ferrocarril de Móra la Nova, donde se ve el gran esfuerzo de sus socios para restaurar, con ilusión, el gran número de locomotoras y vagones de todos los tipos y modelos. No os perdáis esa visita: es nuestra historia y no se puede perder. Incluso nos dimos una vuelta en un tren con coches-cama incluidos.

El fin de fiesta, con la famosa cena de gala, tuvo como broche de oro a Miguel Espejo, monologuista que nos permitió despedirnos hasta el próximo Encuentro entre risas. 

Carles y Fran