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Al cabo de un rato, la niebla se desvanece, sale el sol y, seguramente por eso, algún copilto se dedica a mirar más los fantásticos paisajes por donde se pasa que el propio roadbook. Así que más de uno se despista del camino, pero fácilmente recupera la ruta para seguir disfrutando de las carreteras de Osona, hasta la parada de media mañana. Durante esta primera parte, el Saab del 70 de Adrian Bresser muestra signos de que algo no va demasiado bien. Con un cambio de filtro y algún retoque más, puede reincorporarse al grupo.

Después de la pequeña pausa, los coches reinician la ruta en dos grupos un poco separados por carreteras del Berguedà. El primer grupo, guiado por un piloto muy animado con un copiloto de la organización, marca un ritmo bastante ligero; la carretera es más limpia y lo permite. El segundo grupo viene detrás, un poco más a su aire. Esta segunda parte se desarrolla sin incidencias importantes. Sólo algún que otro despistado que vuelve a tomar un "camino alternativo". La llegada al restaurante del final de la ruta se hace sobre la hora prevista.

Después de una buena comida, donde todos explican las anécdotas del día, el presidente del club quiere agradecer a las 57 personas asistentes su participación, las cuales han venido con treinta y cuatro coches de todo tipo y épocas. También quiere agradecer a los organizadores del encuentro el trabajo hecho. Finalmente, comunica a todos los asistentes algunas novedades para el próximo año y hace saber la buena aceptación que tiene el club y que por eso va creciendo. Sin embargo, quiere recordar el espíritu de "un club pequeño que no quiere ser grande, porque si no nos sabemos todos los nombres de todos, perderemos el calor que tenemos".

Ferrán Sibila