19-21 julio Soria
Los participantes, ataviados con trajes de época, fueron muy fotografiados por el público que abarrotaba las calles y la Plaza Mayor donde los vehículos quedaron expuestos. Probablemente el que más llamó la atención, especialmente a los sorianos más veteranos y a los niños, fue el camión de bomberos Magirus S4000 de 1963 restaurado recientemente por el Parque de Bomberos de Soria gracias a los buenos oficios del Antonio Alcázar, secretario de la Escudería Laurel de Baco.
Tras la recepción del viernes en el Ayuntamiento por parte de las autoridades municipales, el sábado por la mañana, los vehículos se pusieron en marcha en una comitiva muy variada que incluía Auburn, Marmon, Chevrolet, Packard, Citröen, Renault, Rolls Royce, Bentley, Jaguar, Alvis, Chevrolet, Chrysler, Dodge, Buick, Nash, Vauxhall, Studebaker, un escaso Diatto de 1916 carrozado por Capella, el vehículo más antiguo del Rally… y los infatigables Ford, con doce unidades del indestructible A, escoltadas por un T, un B y un V8 de 1932.
La primera etapa llevó a las veteranas mecánicas hasta Almazán dónde el alcalde y varios miembros de la corporación municipal recibieron a los vehículos y obsequiaron a los participantes con unas cajas de las tradicionales y deliciosas yemas de Almazán. A la sombra del renacentista Palacio de los Condes de Altamira los vehículos descansaron mientras conductores y acompañantes daban cuenta del almuerzo reponedor. Siguiendo lo previsto, los autos veteranos discurrieron por los llanos de Barahona, pararon junto a los dieciochescos palomares de Yelo y alcanzaron la villa ducal de Medinaceli donde estacionaron junto al palacio Ducal, ahora galería de arte que fue explicada en persona por su gerente, el conocido galerista Miguel Tugores. A continuación, se repasaron en una amena vista guiada, cortesía de la Excma. Diputación Provincial, los muchos elementos históricos de la villa: mosaicos y arco triunfal romano, murallas árabes, sinagoga judía, calles y palacios medievales y colegiata renacentista. El propio alcalde de Medinaceli despidió y entrego un libro de recuerdo a los participantes cuando se dirigieron a comer al restaurante Nico.
La histórica Plaza Mayor de Medinaceli, con la colegiata al fondo fue un bello marco para la exposición de los vehículos.
La etapa de tarde llevó a la comitiva de nuevo a Soria, dónde se celebró la cena de participantes en el Hotel Campos de Castilla.
El domingo, los vehículos se desplazaron hasta Navaleno dónde se produjo la recepción de las autoridades municipales, el consabido almuerzo y se visitó el interesante museo etnográfico de La Gamella, con explicaciones de su propietario y mantenedor, Pedro Delgado.
El Diatto de 1916 carrozado por Capella fue el coche más antiguo en el Rally y vino desde Logroño.
De allí a Molinos de Duero, dónde la salida de la acostumbrada prueba cronometrada hubo de neutralizarse por la increíble asistencia de público. No obstante, vehículos y pasajeros disfrutaron del verdor y frescura de los pinares que bordean el pantano de la Cuerda del Pozo y de atravesar bellas localidades como Vinuesa o El Royo hasta llegar a Garray, dónde se llevó a cabo, en la finca Las Albardillas del Real, la comida de clausura y la entrega de recuerdos.
