Sie7era Nocturna en La Calahorra - Granada

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El Renault Siete/7 Club sigue fiel a su cita veraniega anual en Granada

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Llegó el verano, y por séptimo año consecutivo se acercaba una fecha a la que cada año acuden más aficionados de uno de los pocos modelos que pueden presumir de ser 100% “pata negra”, dado que su producción no se extrapoló a otros países. Hablamos por supuesto del Renault Siete/7, y de su ya tradicional concentración en Granada, que Antonio Gutiérrez, delegado del club en la provincia, organiza cada año. Con el sábado día 10 de julio marcado en el calendario desde hace meses, un día antes, más de una decena de Renault Sietes y de todas sus versiones se lanzaron a la carretera, la mayoría de ellos optaron por madrugar para hacer el calor del verano andaluz algo más soportable, una buena idea si se tiene en cuenta que el evento coincidió con una ola de calor que elevó el mercurio hasta temperaturas superiores a los 40 grados.

A pesar del calor y de los cientos de kilómetros que muchos de los coches tuvieron que recorrer, la mayoría de los Renault se comportaron como auténticos campeones, aunque cierto es que más de un viaje tuvo algún imprevisto que pudo ser solucionado sobre la marcha gracias al compañerismo y coordinación que el club demostró a través del grupo de whatsapp del evento, donde los aficionados acudían a la llamada de socorro de otros en caso de necesitarlo.

El viernes por la tarde empezaron a aparecer los primeros asistentes en La Calahorra, donde el Castillo renacentista de principios del S. XVI construido por el mismísimo Cid Campeador, era el claro indicador de que se había llegado al destino. Una vez allí, tras dejar el equipaje y reposar, se reunieron para iniciar el evento con una cena.

El sábado a las 11:30, la comitiva de Renault Sie7es dejaba atrás el árido paisaje de La Calahorra para empezar a ascender por Sierra Nevada hasta la pequeña localidad de Laroles, donde los asistentes pararon a comer en el restaurante El Mirador, llamado así por sus privilegiadas vistas de los paisajes de montaña de Granada y Almería. A continuación, los Sie7es hicieron un alarde de su infatigable mecánica, cuando, en uno de los días de mayor calor de todo el verano, coronaron el Puerto de la Ragua a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, donde una nube negra sorprendió al convoy con fuertes lluvias y granizo, que obligó a frenar el ritmo y a pasar un trapo después a los coches.

Casi a la vez que la comitiva se dirigía hacia el último punto a visitar de la concentración, el sol comenzaba a lucir en Granada de nuevo.

El lugar elegido para cerrar el evento fueron las minas de Alquife, explotación minera de origen milenario y que dotó de gran riqueza a la comarca por su alta concentración en hierro, un porcentaje que ese día seguro incrementó notablemente, al encontrarse allí reunidos una veintena de vehículos de los cuales el más moderno rozaba los cuarenta años. Esa fascinación por lo abandonado y las rojizas arenas del lugar, combinado con el espectacular atardecer que se pudo contemplar aquel día hicieron las delicias de los presentes.

Como punto y final, cerca de las minas, se celebró la cena de despedida, y allí se pudo disfrutar de música en directo, una comida exquisita, y una compañía inmejorable, que hicieron de esta séptima Sie7era nocturna en Granada un fin de semana para el recuerdo.

Texto: Javier “Javillac” Ramiro

Fotos: Babette

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