El Rally, limitado a motocicletas fabricadas con anterioridad al 31 de diciembre de 1950, está configurado como un acontecimiento turístico y no competitivo, que tiene su base en la ciudad de Killarney y discurre por las carreteras de los Condados de Cork y Kerry, en el sur oeste de Irlanda.

Ciento veinticinco participantes tomaron la salida el martes 22 de agosto, la moto más veterana, una Sun de 1912, la más reciente, una Ariel NH de 1950. Nueve nacionalidades estaban representadas, con participantes venidos desde el Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Malta, Australia, España, USA, y por supuesto, Irlanda. De entre ellos, sólo 33 montaban motos posteriores a 1939.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto, no es aventurado decir que estamos ante el Rally con más solera de los que se celebran en la actualidad, en el que los participantes conocen perfectamente sus monturas, no sólo a nivel de su entretenimiento, sino también siendo capaces de resolver las averías que se pueden presentar. Es remarcable el hecho de que, pese a su antigüedad, la mayor parte de las motos finalizaron el recorrido sin precisar las atenciones del furgón de asistencia. La mayor parte de las eventualidades que se presentaron durante el recorrido fueron resueltas en el terreno adyacente a la carretera, fundamentalmente, por la falta de arcén, y una gran dedicación al mantenimiento de las motos tenía lugar al término de la jornada y antes del inicio de la siguiente.

El ambiente y la camaradería son inmejorables, y decir que el marco geográfico por el que discurre el rally es impactante no ilustra de manera suficiente la grandeza de los paisajes que son recorridos. La mayor parte de las carreteras no son más que caminos asfaltados, más próximos a cómo eran las vías cuando estas motos salieron al mercado que a una moderna red viaria.

Por todo lo anterior, si tenemos que elegir una frase que sintetice la esencia de lo vivido, nos quedamos con una muy elocuente, estamos ante una auténtica Escuela de Motociclismo.

MOTOCLUB PISTÓN