Han participado en el evento un total de 115 personas que han realizado recorrido, montados en los vehículos, por diferentes carreteras de la población, recorrido 100% urbano que ha servido para que la gente de la localidad de Vila-seca y su población costera, La Pineda, pudieran disfrutar del paseo de las motocicletas y coches.
Un total de 25 motos, destacando la moto con depósito bajo chasis anterior a 1930, NSU. También nos han acompañado motos posteriores a 1930: Ossa, Montesa, BMW, Vespa, Honda... De Seat 600 hemos tenido más de 30 modelos y también nos han acompañado VW Escarabajo, Seat Panda, Porsche, Siata, Chrysler, Mercedes, Seat 1500, Seat 124 y otros modelos que nos hacen recordar otros tiempos.
Diferentes coches de diversos colores serpenteaban por las calles de Vila-seca, toda una caravana de color. Motos y coches se han fundido en una entretenida jornada de disfrute y compañerismo compartiendo una misma afición, los vehículos históricos.
A las 8 de la mañana y hasta las 9,30 han ido llegando, escalonadamente, los vehículos a la zona de aparcamiento exposición, previsto por la organización, para realizar una muy nutrida muestra de vehículos. A las 9,30 de la mañana los participantes han iniciado una ruta, corta, 4 Km, hasta llegar a la Pineda y delante mismo del mar exponer los vehículos. Mientras se podía visitar la exposición, los participantes han realizado un desayuno en la magnífica y privilegiada terraza del hotel Terramaria, hotel en primera línea de mar que permite disfrutar de la playa y las aguas de La Pineda, un lujo. Sobre las 12 se ha reprendido la marcha, dirección Vila-seca, realizando un circuito urbano de unos 10 km y así poder quemar un poco de gasolina. La marcha ha sido lenta pero bonita, lenta para respetar a los vehículos más antiguos, que no pueden alcanzar velocidades elevadas, y bonita ya que se ha paseado por diversos parajes de la localidad, avenidas, caminos rurales, calles, hasta llegar al punto de origen donde se ha vuelto a realizar exposición de las motos y coches participantes, esos sí, antes de llegar a destino la serpiente de vehículos ha realizado una pase por delante del lugar donde nuestro querido amigo Josep Ferre padeció su fatal accidente en moto, persona a la que se dedica este encuentro y que siempre se recuerda con cariño.
Para acabar la jornada, comida de hermandad en el Restaurante La Oficina, grandes amigos y mejores cocineros que nos han ofrecido un magnífico menú. Acabada la comida se ha procedido a la entrega de recordatorios a todos los participantes, este año se ha distinguido a los participantes con una botella de vino del Priorato etiquetada con el cartel de la salida.
Acabada la jornada, ya nos ponemos en marcha para preparar nuestro próximo evento, el encuentro de moto clásicas anteriores a 1980 tendrá lugar a finales de septiembre, primeros de octubre, con tiempo suficiente todos nuestros amigos recibirán la información, como siempre, detallada de nuestro evento y esperando nos vuelvan a acompañar.
Fotos: Xavier Barrullas
