9º Rally Scooter Club de La Rioja

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· Un scooter es como un vino, mimado, deseado, perdurable y sobre todo clásico.

 

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Con estos ingredientes de la tierra del vino, La Rioja, acogía del 8 al 10 de septiembre la novena edición de su Rallye Scooterista al que acudieron un centenar de “clásicos, mod, vesperos y lambreteros” de Guadalajara, Barcelona, Bilbao, Vitoria, Calahorra, Tudela, Borja, Peñafiel, Pamplona, Burgos, Donosti, etc. Algunos, como Pep, hicieron 1.028 km desde Tarrasa.

Tres días y tres rutas, desde la urbana nocturna a las diurnas por carreteras riojanas y alavesas en las que el viñedo se erige protagonista por su color. No falto la lluvia, pero para un scoterista sólo son unas gotas de adrenalina para quitarle el polvo a la macchina mientras traza con delicadeza cada curva mirando el culo de la que le precede.

Días de miga con olor a gasolina, y migas de pastor por un estrella Michelín, de riojas, patatas con chorizo, de amistad que no entiende de edad, porque el scooter atrapa al veinteañero y mantiene al longevo.

Las noches del scooter de La Rioja son casi tan conocidas como el ambiente de la populosa Laurel, se juntan el día y la noche, se pierde la noción del tiempo en fiestas interminables, pero jamás se pierde un casco.

Con sol se despedía este rallye y se advertía a los presentes, en el 2018 llegará la décima edición y con ella los riojanos harán de esta efemérides una cita a la que se espera a más de 300 scooteristas que siempre escuchan lo mismo al parar en un semáforo “yo tuve una de joven”, esbozan una sonrisa cómplice, abren gas y se encomiendan como no podía ser otro, a otro clásico, a Baco.

Chema Losantos.

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