Cada año, miles de entusiastas de todo el mundo acuden a París para admirar deslumbrantes carrocerías, para deleitar sus ojos con las líneas y curvas de los autos de otra época y admirar una serie de exposiciones nunca antes vistas, todas cuidadosamente preparadas.
Este año, el certamen contó con 620 expositores y cerca de mil vehículos repartidos en las 3 salas que totalizan alrededor de 72.000 m² de espacio de exhibición, equivalente a 7 campos de fútbol. El trabajo duro se recompensa con un número récord de visitantes, lo que confirma el éxito y el atractivo del programa ante el público en general.
El record no fue solo de asistencia, ya que la calidad y extravagancia de Rétromobile sigue creciendo. De lo extraño a lo extraordinario, en la feria de Versalles se venden sueños millonarios para todos los gustos.
Rétromobile es ante todo una feria comercial, y, como podemos imaginar, había una gran cantidad de distribuidores de Europa y fuera. Desde España, llegaron fuerte Auto Storica con el Mercedes 250 CE de George Harrison (guitarrista de los Beatles) o un Alas de Gaviota con una restauración de ensueño por parte de Cochera.
En el apartado para clásicos más asequibles, a la venta por menos de 25.000 euros, se vendieron el 75% de las piezas.
Los principales fabricantes entienden Rétromobile como un escenario principal en el que mostrar su dedicación para salvaguardar sus historias. Y con razón, diríamos que el salón parisino es el equivalente del mundo de los autos clásicos al Salón de Ginebra. Ningún fabricante estuvo más presente que Citroën, que en su centenario, hizo todo lo posible y presentó un impresionante ensamblaje de sus modelos más significativos.
Otra marca con bastante representación fue Renault, que miró hacia atrás a sus turbocompresores más evocadores o Lamborghini, cuyo departamento histórico le quitó las tapas al Miura SV que acaba de restaurar.
Una clara tendencia en Rétromobile este año fue la abundancia de autos de competición más jóvenes, particularmente los más racing de los años 90 y 2000: como Dodge Viper, Ferrari F40 GT o BMW M1.
Para aquellos que buscan vivir la experiencia sin adulterar de un coche de carreras antiguo, “The Cultivated Collector” asistió desde EEUU con un stand aportando Jaguar XJR-15, un Mercedes-Benz CLK GTR AMG o un Schuppan 962CR -uno de los seis construidos por el piloto de carreras australiano Vern Schuppan-, entre otros.
Además de todo esto, Maserati, Aston Martin, Bugatti, Jaguar, Lancia y Alfa Romeo también se encargaron de llevar a París lo mejor de sus joyas, que no es poco.
