El restaurante Calsoteca, situado en la carretera de L’Ordal a Avinyonet, preparó un suculento almuerzo al estilo catalán donde el pan tostado, los embutidos y el vino fueron los principales platos para aportar suficientes energías para la apretada agenda del día.

El calor de la mañana se hacía notar cuando los participantes inician el recorrido hacia la vila de Sant Sadurní, lugar de la siguiente parada y donde las cavas Castellroig nos abren sus puertas para recibir a tan ilustres visitantes. Una agradable azafata se encarga del recorrido por los diversos parajes de la finca, propiedad de la familia Sabaté i Coca, donde se encuentra uno de los museos vitivinícolas más antiguos de Cataluña con gran cantidad de aperos de labranza y maquinaria para los cuidados y elaboración de vinos y cavas.

Un breve recorrido por la finca permite admirar los bellos parajes del la sierra de la Llacuna y del Valle de Bitlles, donde se perfilan la sinuosidades del río Bitlles, el cual recorre parte de la finca y atraviesa las poblaciones de Sant Pere de Riudebitlles y Torrelavit antes de verter sus aguas al río Anoia.

Posteriormente, se pasa a la antigua masía de la familia, en el término municipal de Subirats, que data del siglo XVIII y donde ofrecen a los visitantes una amena explicación sobre la producción, elaboración y almacenaje de sus vinos y cavas acompañada por una buena degustación de sus mejores productos.

Llega la hora de partir y nos dirigimos por la carretera de Sant Sadurní a Vilafranca del Penedès al restaurante-masía Sol i Vi, donde nuestro organizador tenía acordada una fantástica calçotada dentro de un marco de maderas nobles, mesas amplias y bien servidas que formaban un ambiente único, reservado para los participantes de la marcha organizada por el Clàssic, de coches clásicos y preparada magistralmente por el Sr. Francisco Gómez.

Texto y fotos: CMCB