Una veintena de SEAT 131 tuvo a bien "ocupar" la céntrica plaza del Palacio del Infantado, para deleite de ciudadanos curiosos y turistas despistados que no entendían el motivo de dicha ocupación.

El Ayuntamiento de la ciudad castellano-manchega se volcó con la iniciativa, cediendo, por unas horas, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Se trataba tan sólo de poder conocer la histórica cuidad, cuna de grandes nombres del pasado de este país, pues hasta la fecha, en ningún momento, dicha asociación había llevado a cabo ningún encuentro en dicha ciudad.

Provenientes de todas las regiones peninsulares, e incluso insulares, no faltaron nuestros amigos incondicionales mallorquines, durante unas horas pudimos gozar de gran parte de lo que la cuidad de Guadalajara tiene que mostrar a todo aquel que desee visitarla.

Con la promesa de volver en un futuro, nos despedimos tras una apasionante jornada.