El pasado domingo 2 de octubre se celebró el ya tradicional encuentro de vehículos clásicos Villa de Valdecaballeros, que cuenta ya su quinta edición.

Al acto, organizado como cada año por el Ayuntamiento de Valdecaballeros a manos de su vecino Julio González Alba, asistieron en esta ocasión 106 vehículos clásicos y motocicletas provenientes de toda España, que reclamaron la atención de vecinos y visitantes.

A primera hora de la mañana se llevó a cabo la recepción de vehículos participantes e inscripciones en la Plaza de España de la localidad donde cada participante recibió, además de una bolsa con obsequios, un dorsal personalizado con una fotografía de su propio vehículo. Acto seguido, y tras dejar expuestos los vehículos en el aparcamiento del colegio municipal y calles colindantes, los participantes pudieron disfrutar de un suculento desayuno ofrecido en esta ocasión por la asociación de amas de casa de Valdecaballeros.

Tras varios años de parón, el evento tuvo una gran acogida y sobre las once y media de la mañana, respetando escrupulosamente el cronograma marcado por la organización, habíamos superado el número de participantes de la última edición y la caravana de vehículos pudo iniciar la ruta hasta la cercana localidad de Castilbanco.

Una vez allí, la corporación local ofreció a los asistentes un aperitivo mientras los vehículos quedaban expuestos en la avenida de Extremadura para deleite de curiosos y aficionados. Otro año más, La alcaldesa de Castilblanco Angelines, el resto de componentes del ayuntamiento y su policía local Felipe “Pipe”, ofrecieron toda su colaboración y esfuerzo acogiéndonos desinteresadamente y compartiendo nuestra afición.

Hasta la 13:30, experiencias, curiosidades y anécdotas amenizaban los corrillos, mientras la música de algunos de los asistentes que, animados a recibir un premio por ser el participante más ruidoso, inundaban las calles con música de épocas pasadas transportándonos lustros atrás.

Con sonido de claxon, sirenas y bocinas de todo tipo, nos despedimos de los vecinos de Castilblanco deshaciendo de nuevo el camino para volver a Valdecaballeros donde, esta vez pudimos disfrutar de una comida entre amigos ofrecida en el bar La Piscina de la localidad.

Como cada año al finalizar la comida, y sin pasar por alto un ambiente festivo con intervenciones espontaneas de algunos asistentes, bailes y dedicatorias, se realizó el tradicional sorteo de regalos y entrega de algunos trofeos a los participantes.

A partir de aquí, poco a poco se volvieron a arrancar motores, pero esta vez de regreso a casa con el compromiso de volver, después del reencuentro en Valdecaballeros tras cuatro años.

Como cada año, gracias al ayuntamiento de Valdecaballeros a través de su concejal Susana, hace posible que por un día las carreteras de la Siberia, vuelvan a rodar pedacitos de nuestra historia.