Primera ruta del año de la Asociación Española de Ford Mustang

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El domingo 27 de febrero se realizó la primera ruta de socios y simpatizantes de la Asociación española de Ford Mustang.

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A primera hora de la mañana se comenzó a escuchar, cerca del pinar de San Isidro, la llegada de los primeros Mustang al punto de encuentro. Tanto los más jóvenes como los que por allí se hallaban, hicieron acopio de sus teléfonos y se acercaron a observar como uno a uno iban colocándose los automóviles y, de esta manera, poder inmortalizar su llegada y disfrutar del ronroneo de sus motores. Pudiendo fotografiar modelos que discurrían entre los años 1966 hasta los modelos más contemporáneos. Ninguno dejaba cabeza sin voltear.

Una vez estacionados y reunidos todos los propietarios de los vehículos se procedió al breefing previo a la ruta que se iba a celebrar. Dicha ruta, comenzaría en el pinar de San Isidro y se daría por finalizada cerca de Soto del Real.

Durante el primer tramo de la ruta, los participantes pudieron disfrutar de los paisajes que nos deja la M-129. Paisajes en los que sobresale imponente la Atalaya del Vellón, cuya estructura puede observarse a la vez que se disfruta de las curvas que nos van sorprendiendo en el desarrollo de la carretera poco concurrida de la Comunidad de Madrid.

Una vez pasado el Vellón nos dispusimos a coger la E-5 en dirección a Guadalix de la sierra. El primer tramo, el de autopista, no tiene nada llamativo. Pero una vez se toma la salida hacia Guadalix de la sierra podemos disfrutar de una carretera tranquila a la vez que enrevesada, donde sus curvas nos harán disfrutar tanto del manejo de nuestro vehículo como del embalse de pedrezuela que se encuentra a la izquierda de la carretera, haciendo del paisaje una panorámica asombrosa.

Este tramo, que une la parte final de la ruta, es el más divertido. Pues sus curvas, lentas, nos permitirán ir disfrutando del sonido de los v6 y v8 americanos que tanto nos apasionan.

Al terminar el recorrido de más de 1 hora y media, los participantes compartieron mesa e hicieron lo más divertido de estos encuentros, compartir experiencias y conocerse los unos a otros, formando vínculos que los llevan a disfrutar aún más de los diferentes eventos que la AEFM organiza a lo largo de los días del año.

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