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Visita a la Palma y su Volcán en un Renault 4L

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Visita a la Palma en un Renault 4L para celebrar el 60 aniversario del modelo y ser testigos del drástico cambio en la geografía insular.

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Aprovechando la oportunidad de uno de esos fines de semana con puente, en el cual se celebró la fiesta de la Comunidad Canaria -30 de Mayo-, no quisimos dejar pasar la ocasión de hacer una visita la Isla Bonita, con la excusa de también ser testigos del nefasto acontecimiento de todos conocido, causado por un volcán aun sin nombre en septiembre de 2021, que durante tres meses no dejo de rugir, estremeciendo el suelo, escupiendo lava y ceniza, destruyendo todo a su paso, sepultando a más de 1.700 edificaciones (según catastro) y aprox. 1.200 hectáreas de terreno, dejando a unas 7.000 personas desplazadas sesgando una parte importante del territorio, poniendo al límite la economía de la isla y afectando también emocionalmente en consecuencia muchísima gente que quedó afectada perdiendo no solo sus propiedades, sino colateralmente recuerdos y rutinas que formaran parte del pasado .

Fabian Loayssa propietario de un reluciente Renault 4L matriculado en Navarra en 1980 y el que suscribe, queriendo elogiar de alguna manera los 60 años de este clásico popular celebrado el pasado año, y no habiendo podido hallar la oportunidad de celebrarlo desde entonces, nos pareció una magnífica oportunidad aventurarnos a cruzar el charco entre Tenerife y La Palma los días 28, 29 y 30 de mayo, y ser testigos del drástico cambio en la geografía insular.

Sinceramente, por muchas veces que se visite esta isla, siempre se descubre algo nuevo, increíbles paisajes boscosos donde reinan las distintas especies de Laurisilva y pino canario, terrenos accidentados salpicado de volcanes, laderas de profundos barrancos, costas abruptas con piscinas naturales protegidas de las olas por coladas de lava, un inmenso y espectacular espacio natural como la Caldera de Taburiente en el que asomarse a sus miradores es una experiencia difícil de olvidar.

Nos impresionó la maravillosa vista desde el mirador del Time, donde pudimos admirar el nuevo volcán en el cual su cráter humeante nos hace dudar de su aparente pasividad. Estremece el largo recorrido de la lava, como una cicatriz en forma de abanico, hasta adentrarse en el mar formando fajanas. Pero esta isla es mucho más que volcanes, es paisaje de un verde infinito, es mar, es cielo, un cielo limpio, es gente amable y hospitalaria.

Nos llevamos una grata sorpresa cuando casualmente y como anécdota a destacar, el ultimo día se unió a nosotros otro 4L de 1986 y capota abatible que quiso saludarnos y conversar un poco de la experiencia “cuatrolatera”.

Definitivamente fue una gran experiencia, con la cual quisimos aportar nuestro granito de arena en la economía Palmera, su pronta recuperación y, además, seguramente pronto repetiremos.

Texto y fotos: Lorenzo Suárez Dorta

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