El Salón del Automóvil de París de 1955 fue un acontecimiento inolvidable. En el Grand Palais, periodistas y visitantes se agolpan para contemplar con asombro un vehículo radicalmente diferente a lo que habían visto hasta ahora: el DS “Tiburón”.

Se fabricó a lo largo de dos décadas y se vendieron más de millón y medio de unidades en todo el mundo.