Julio Verne y André Citroën fueron los dos grandes visionarios franceses en una época, el final del siglo XIX y el principio del siglo XX, en la que había una fe casi infinita en las posibilidades del progreso técnico. Estos dos genios comparten un nexo insospechado en común: la ciudad de Vigo, donde el escritor tiene una estatua y el ingeniero, una avenida.

¿Por qué unos chevrones? «En 1900, André Citroën adquirió una patente en Polonia sobre el tamaño de los engranajes en forma de chevrón que se utilizaban en la industria harinera.»

Democratizar el automóvil, acercarlo lo más posible a las personas para tener en cuenta sus necesidades de movilidad y hacer que se sientan arropadas por la marca y confortables en sus vehículos, fueron los grandes ejes de la estrategia comercial de André Citroën, todo un visionario que creó una nueva forma de entender la movilidad y la relación con los clientes.

El primer coche fabricado por Citroën fue el modelo 10 HP Type A, se produjeron 24.093 unidades entre 1919 y 1921.