Así fue, Antonio nos abrió las puertas de su finca con toda la gentileza del mundo y nos presentó a una de sus joyas, un Plymouth Sedán de la casa Chrysler, de 1940, que lo mantiene en originalísimo estado y documentado, gracias a su amigo y también aficionado a los clásicos Jesús de los Santos.

Antonio vive vinculado al mundo del motor desde crío, heredando esta afición de su padre, al que acompañaba a diario en la parada de taxis de Dos Hermanas, donde se ganaba el jornal con su hermano limpiando coches. Nosotros hemos podido comprobar in situ sus conocimientos y soltura cuando arrancó y condujo el Plymouth, aparcándolo con la destreza de un veterano ágil. Durante el rato que compartimos con él, nos contó mil y una historias y anécdotas del bueno de su padre, que siempre ocurrían al volante, ya que fue como pasó casi toda su vida, ya fuera como taxista, chófer o camionero.

A través de estas líneas hacemos pública su intención de homenajear tanto a su progenitor, Eduardo Romero Parralo, como a todos los taxistas del mundo y familiares de éstos, ya que ellos también conocen muy bien lo sufrido de esta profesión; desde aquí un enorme abrazo para todos ellos.

Otra de las grandes aficiones del carismático Eduardo fue el toreo. Esta imagen en un Seat 1400 corresponde a la época en la que fue chófer de conocidas cuadrillas.

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Eduardo y su primo Margarito -fotógrafo profesional- junto a un lujoso Chrysler en Dos Hermanas, 1959.

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Esta imagen nocturna corresponde a una carrera de Eduardo como taxista en su Plymouth, en la que lo multaron por llevar en la baca un carrito de bebé, año 1964.

El primer 600 de Antonio Romero, con el que Los del Río iban de gira por todas las ferias y pueblos de Andalucía, e incluso a Madrid: “esas diez horas de viaje eran una gozada, las paradas en los campos y sobre todo en el bar Las Perolas en Andújar, no conozco mejores carnes de cacería que esas” nos comentaba.

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Llevando a cabo la faceta de compraventa a medias con su “compadre” Andrés Rodríguez, Antonio cambió su primer 600 por este otro, al que incluso le colocó la estrella de Mercedes.

Con el mítico Plymouth, de izquierda a derecha: Eduardo hijo, Antonio Romero, Eduardo padre y Casanueva, un compañero taxista. Dos Hermanas, año 1961.

Esta imagen actual nos muestra a Antonio y su simpático nieto “Juaneque” con el Plymouth que posee hoy día y que tanto le recuerda a su padre, y al que incluso le ha colocado, aparte de la matrícula histórica correspondiente, otra placa igual que la original. Justo medio siglo después pudimos rememorar la mítica estampa; entrañable momento.

Os dejamos, más abajo, con imágenes al detalle del fantástico vehículo.

Artículo extraído del nº185 de nuestra publicacón en papel, Autofoto.

Fotografías de la época aportadas por el propio Antonio Romero.