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VIII Subida a La Madera - Principado de Asturias

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La Subida a La Madera (Memorial José Motores), se ha convertido en todo un clásico del calendario veraniego de regularidad en el Principado.

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26 junio

Su cercanía de tan solo 3 kilómetros al nucleó urbano gijonés sorprende, pues se trata de un recorrido extenso al más puro estilo de las carreteras de alta montaña, esencia principal de esta prueba. Un impecable rutómetro puso en escena la participación de medio centenar de vehículos, tope máximo señalado por la organización de la Escudería GES y Peña Motorista de Asturias, con un muy virado recorrido de variedad de medias (35, 40, 45 y 49 kilómetros a la hora) y dos clasificaciones finales (CON y SIN). En la categoría “sin aparatos” la victoria fue para el equipo Pablo Gutiérrez/Juan González con Golf GTI MK 2, seguidos del Porsche 911 S de José Manuel Solares/Mª Ángeles Solares a una mínima diferencia tras el vencedor (38,7 - 41.3). El Authi Mini 1275 de Pablo Pulido/Alejando Suárez fue tercero mientras que en la cuarta plaza se situaba el Volvo PV 444, toda una impecable joya del año 1958 pilotado por Julio García/Nacho Vilariño. En la categoría “con aparatos” el triunfo fue para el Citroën AX GT de Adán Rimada/Laura Alonso (19.2), seguidos del VW Golf GTI G60 de Daniel González/Rubén Alonso (24.5) y siendo tercero el Citroën AX GT de Pablo Sánchez/María Márquez (25.9).

Aunque la felicidad al volante ya estaba inventada antes de nacer “la Peña”, haberla tutelado durante casi ocho décadas reconforta a muchos aficionados durante estas celebraciones, especialmente a los gijoneses que hoy a diario y al margen de estas pruebas de regularidad se ven inmersos en absurdas limitaciones circulatorias. Limitaciones que trascienden fuera de Asturias como ejemplo no deseable para ciudades como la Villa de Jovellanos y que nada tienen que ver con las enormes capacidades de tráfico de Madrid o Barcelona. La afición a mantener bajas velocidades respetando escrupulosamente el Código de la Circulación en pruebas deportivas como ésta, camina muy lejos de esas otras impuestas numerosas abstracciones de ese tránsito diario. Paradójicamente por ellos ignorado, esto nos está convirtiendo felizmente en grandes expertos en paciencia, esa calma que roza la virtud cuando se trata de respetar a los demás. No es fácil dejar de lado las prisas, máxime cuando éstas rozan un totalitarismo dictatorial que afecta a las vidas de una gran mayoría, y que tras haber sido llevado a los tribunales, han dado la razón a quienes la tienen, obligando a los condenados a reponer la situación anterior a su delirio. Ahora cuando el verano ha hecho acto de presencia nos estamos dando cuenta que igualmente tampoco saben rectificar esas sentencias sagradas, que cumplen de forma muy personal con lo cual la situación sigue presentando preocupantes aspectos circulatorios y si a ello añadimos ese otro elemento que es la fortaleza del estoicismo, el favor que se nos está haciendo debemos agradecérselo por partida doble, al acercarnos aún más a esa felicidad que supone la calma que lleva a la verdad.

Conviene insistir que esa tranquilidad puede llegar a ser una llave que nos abre soñados paraísos, como en este caso esas pruebas deportivas en las que la paz y las reflexiones son elementos vitales para alcanzar la victoria.

 Rafael Loredo Coste

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