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Historia de dos visionarios y una ciudad: Vigo

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Julio Verne y André Citroën fueron los dos grandes visionarios franceses en una época, el final del siglo XIX y el principio del siglo XX, en la que había una fe casi infinita en las posibilidades del progreso técnico. Estos dos genios comparten un nexo insospechado en común: la ciudad de Vigo, donde el escritor tiene una estatua y el ingeniero, una avenida.
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El autor de “La Vuelta al Mundo en 80 Días” dio un papel muy importante a la Ría de Vigo en su novela “20.000 leguas de Viaje Submarino”: el Capitán Nemo se detenía en la ensenada de San Simón para repescar el Tesoro de Rande y poder financiar las expediciones del Nautilus. Además, se sabe que visitó la Ciudad Olívica en dos ocasiones.

No hay constancia de una visita de André Citroën a Vigo, pero esa ciudad gallega encarna, desde 1958, su sueño de poner el automóvil y la tecnología al alcance del mayor número posible de personas. Un logro que Verne profetizó en su novela “París en el Siglo XX”, escrita en 1863.

André Citroën descubrió las novelas de Julio Verne a los 9 años. Estas lecturas, llenas de un espíritu visionario y de confianza en los progresos técnicos junto al ambiente de efervescencia tecnológica que se estaba viviendo en el París de finales de la década de 1880 le llevaron a tener clara su vocación por la ingeniería. No era de extrañar en un entorno en el que podía ver, día a día, cómo iba avanzando la construcción de la Torre Eiffel y, tras la apertura de la Exposición Universal de 1889, podía contemplar con asombro los últimos avances técnicos en la Galería de las Máquinas y en los pabellones dedicados a la electricidad, el teléfono o los inventos de Edison, como la bombilla o el fonógrafo…

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