El espíritu emprendedor en proyectos de maquinaria agrícola que reinaba en nuestro país en los años 50 y 60, hizo posible la promoción de una docena de industrias fabricantes de tractores y maquinarias, de las cuales algunas tuvieron más suerte que otras, pero en definitiva nos legaron un avance tecnológico en la España Rural que no había pasado de la yunta de bueyes y la vertedera.