Desde 1919, además de turismos, André Citroën desarrolló vehículos comerciales de vanguardia, fiables y duraderos. Primero presentó el TUB (Tracción Utilitario Bajo), primer vehículo comercial moderno, y más tarde la marca desarrolló otro furgón presentado en 1965: el Type 350. Se distinguía por su robustez, facilidad de mantenimiento, excepcional funcionalidad y confort. Apodado “Belfagor” por el diseño de su parte frontal, se declinó en diferentes variantes hasta 1970.

El Méhari no es sólo para el verano. El original descapotable, con la carrocería completamente realizada en plástico, fue diseñado para los usos más variados; desde el ocio al transporte, capaz de transformarse en un descapotable, un pick-up, o incluso en una berlina de cuatro puertas. Inspirado en las personas, este innovador vehículo veloz gracias a su ligereza, es capaz de llegar a los sitios más insospechados.

Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1988, el concept car Activa era una declaración tangible del amplio patrimonio tecnológico de Citroën en el ámbito de la hidroneumática.

Desde la versión furgoneta del Citroën 2CV al Citroën ë-C4, la marca ha confiado en el buen hacer de las plantas de Zaragoza, Vigo y Madrid para fabricar vehículos muy diversos

Presentado en el Salón de París de 1970, el Citroën GS celebra su 50 aniversario manteniéndose como una referencia por su diseño, confort y comportamiento en carretera.

El Visa deportivo, producido en 200 ejemplares, se convierte en el primer coche 4x4 francés comercializado para rallyes

Julio Verne y André Citroën fueron los dos grandes visionarios franceses en una época, el final del siglo XIX y el principio del siglo XX, en la que había una fe casi infinita en las posibilidades del progreso técnico. Estos dos genios comparten un nexo insospechado en común: la ciudad de Vigo, donde el escritor tiene una estatua y el ingeniero, una avenida.

¿Por qué unos chevrones? «En 1900, André Citroën adquirió una patente en Polonia sobre el tamaño de los engranajes en forma de chevrón que se utilizaban en la industria harinera.»

Democratizar el automóvil, acercarlo lo más posible a las personas para tener en cuenta sus necesidades de movilidad y hacer que se sientan arropadas por la marca y confortables en sus vehículos, fueron los grandes ejes de la estrategia comercial de André Citroën, todo un visionario que creó una nueva forma de entender la movilidad y la relación con los clientes.

Ami es un objeto anticonformista: 2 plazas, 100% eléctrico, confortable y protector, compacto y ágil, personalizable.

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