De la mano de nuestro socio Óscar García y Almudena, pudimos hacernos una cura depurativa, respirando aire puro de la sierra, que con la lluvia que había caído estaba aún más bella y llena de vida.

Pudimos disfrutar de la fauna de la zona, observando, casi al alcance de la mano, los ciervos, gamos y muflones, las aves rapaces y el noble arte de la cetrería. De la arquitectura defensiva de la antigüedad visitando el castillo de Segura de la Sierra y de Hornos. Otra obra de arte digna de visitar es el Pantano del Tranco, que ofrece unas imágenes que parecen salidas del decorado de alguna película.

Como estábamos en tiempo de Halloween, se organizó una terrorífica fiesta para todos, niños y mayores, en el que se pasó mucho miedo y nos morimos de risa.

Todo ello aderezado por la buena gastronomía de la zona, sus habitantes, su hospitalidad y de nuestros coches clásicos, que se portaron como unos campeones a pesar de tantos kilómetros y en unas circunstancias meteorológicas adversas, ni una sola avería, lo cual habla del buen mantenimiento y conservación que se les procura tener. Una suerte pertenecer a nuestro club, un honor tener esta calidad de socios

Club Automóvil Clásico del Altiplano “Villa de Caniles”