Se trata de un evento bastante reciente, pero con una aceptación enorme. Todo comenzó en mayo de 2015, coincidiendo con la romería de San Isidro en Valdecaballeros se celebró la primera edición de esta peculiar concentración en la cual participaron unos 30 vehículos, más que una concentración al uso, disfrutamos de un día entre amigos.

Para esta 3ª edición decidimos modificar la fecha de mayo a octubre, y realizarla en domingo en vez de en sábado y para sorpresa de todos (de quien suscribe principalmente) una vez abierto el plazo de inscripciones on-line se reciben más de 90 solicitudes, contabilizándose al final 103 inscritos.

La peculiaridad de este evento radica por un lado en el entorno que se desarrolla, la Siberia extremeña, una comarca desconocida repleta de naturaleza, flora y fauna bañadas por el agua de los embalses de Cijara y García Sola, un marco incomparable donde nuestros clásicos lucen si cabe, más bonitos.  

Cada vehículo que viene a Valdecaballeros lleva un dorsal personalizado con marca, modelo y fecha de matriculación. Como elemento común, este año he querido hacer una especial mención al aniversario de nuestro querido Seat 600 del cual soy un enamorado, añadiendo la imagen de uno de ellos de fondo a excepción de los dorsales para las motocicletas que presentaban una preciosa MV Augusta como fondo del dorsal.

Pero vamos con la crónica del evento.

La jornada comienza temprano para la organización, antes de las 8 de la mañana comenzamos con los preparativos para la recepción de los vehículos y el desayuno. La policía local y varios efectivos de protección civil se encargan del corte de calles para facilitar el tránsito de los clásicos y mis compañeros de los Amigos de los Clásicos y yo preparamos la mesa de inscripciones. Debido al número de vehículos esperado se establece un punto para la recepción de los participantes situado en la plaza de España de la localidad y otro para la exposición de vehículos y desayuno de los participantes en el Colegio Público situado en una de las salidas.

A las 9 comienzan a llegar los primeros inscritos y se van sucediendo hasta las 11:15 que se recoge la mesa de inscripción para continuar con el plan previsto.

Los vehículos permanecen expuestos en la avenida de Madrid para vecinos y visitantes mientras los participantes disfrutan del exquisito desayuno que como cada año, nos ofrece Angelines con su catering Chocolate&Almivar.  Entre los peculiares vehículos asistentes podemos disfrutar de un curioso Bartmeller Jet amarillo, un coqueto Saab 96, un Mini Clubman 1275 GT, o una flamante motocicleta Lube A-99 y así hasta 106 vehículos, cada uno con su historia viviendo una segunda juventud.

Este año incluso hemos tenido reportaje fotográfico aéreo de la llegada de los primeros participantes.

A partir de las 11:30 h comienza la ruta hasta la cercana localidad de Castilblanco, un paseo de unos 10 kilómetros donde nuestros clásicos cruzan el rio Guadiana y discurren por la carretera comarcal que une ambas localidades entre encinas zona de cultivo de cereal y ganado, con los picos de Las Villuercas como telón de fondo.

En Castilblanco, una comitiva compuesta por personal del ayuntamiento y policía local, nos espera para guiar a los participantes por el pueblo y estacionar en la zona habilitada para exposición antes sus vecinos. Aquí también podemos disfrutar de un aperitivo ofrecido por el ayuntamiento.

Tras algo más de una hora de parada retomamos la marcha de nuevo hacia Valdecaballeros rumbo al lugar donde se celebra la feria ganadera donde disfrutaremos de una exquisita caldereta con sangría.

Tras la entrega de trofeos y sorteo de regalos finaliza el evento despidiendo a los más de 200 participantes deseando volver a encontrarnos para la celebración de la IV edición en Vadecaballeros.

Julio González Alba

Vecino y organizador del evento.