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Drac Moto lo volvió a hacer

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Los amigos de Drac Moto no perdieron la oportunidad de encontrarse de nuevo en el Hotel Nòrdic de Andorra.

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26-27 septiembre, Andorra

Los amantes de las motos clásicas decidieron acompañar a Joan y Montse en una nueva aventura superando las adversidades. En esta ocasión, se tuvo que aplazar la concentración, prevista para junio, al fin de semana del 26 y 27 de septiembre. En este año caótico y bajo las restricciones, el encuentro fue todo un éxito con la participación de unas 80 personas.

La adversidad principal es la pandemia mundial en la que estamos inmersos, haciendo cambiar planes a corto y largo plazo, pero el tiempo tampoco quiso apoyar a los moteros en la primera jornada; la nieve llegaba poniendo en peligro la ruta planeada para el domingo.

El esperado día empezaba con un sol radiante, pero, la idea de llegar hasta el Pas de la Casa y dar una vuelta al Circuit, no fue posible por el estado de las carreteras. La organización decidió no dejar sin salida a los participantes e iniciaron una ruta alternativa que tenía su punto álgido en el conocido mirador de La Comella. Desde allí, todos los asistentes pudieron disfrutar de la preciosa vista del país de los Pirineos desde un ángulo poco conocido para muchos de ellos, centenares de fotos llenaron sus teléfonos hasta que fue la hora de volver al hotel.

Este año la entrega de premios fue muy reducida, galardonando con un trofeo a tres de los asistentes: el primero de ellos fue Gabriel Prats con una Echasa de 1955, seguidamente Joan Arús y Joan Iglesias con una Derbi y una Duxon respectivamente, ambas motos de 1956. En los momentos posteriores a la entrega de premios no faltaron las sorpresas; una de las parejas moteras, que no se han perdido ninguna cita de los compañeros de Drac Moto, celebraban su 35 aniversario de boda. La familia Barquero quiso compartir, con todos los allí presentes, su felicidad después de años juntos. La organización también quiso celebrar el 15 cumpleaños de uno de los más jóvenes, Biel, haciéndole soplar las velas al ritmo del violín de la pequeña Gebra.

Un fin de semana de lo más intenso, disfrutando de las vistas, manteniendo las distancias de seguridad y utilizando la mascarilla en todo momento. Después de mucho tiempo esperando, el evento pudo realizarse con relativa normalidad y se vivieron momentos muy especiales. Desde la organización, Joan y Montse estuvieron muy contentos con la alta participación pese a las circunstancias que se vivían en el momento, y siguen con ganas de seguir organizando encuentros moteros por mucho tiempo más.

¡Salud, gas y gasolina!

Anna Mata Palau

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