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El Huesca Club realza el valor de las restauraciones

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El pasado domingo 17 de noviembre tuvieron lugar en Huesca las novenas jornadas de restauración organizadas por el Huesca Club de Vehículos Históricos.

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En esta jornada se reúnen aficionados de Aragón y regiones cercanas para compartir afición y escuchar el proceso de una restauración integral de manos de un profesional o aficionado que expone su vehículo en un teatro y mediante documentos audiovisuales explica todo el proceso. Más de cuarenta coches fueron expuestos en los aledaños de la conferencia.

Las miles de horas que lleva el proceso se resumen en dos horas donde se ve el laborioso proceso de devolver en algunos casos un "cadáver de metal" al esplendor de un vehículo de época.

El Club tiene como una de sus misiones poner en valor el trabajo de restauración y animar a los jóvenes a que tengan este oficio como salida profesional.

Desde FEVA también se apoyan estas iniciativas y nos expusieron con datos la viabilidad para cualquier mecánico, tapicero, chapista etc.. que quiera especializarse en el tema.

En esta ocasión fue un socio de nuestro club, mecánico profesional en la juventud quien nos deleitó con su saber. Mariano Valero además de tener muy buenas manos, tiene muchos conocimientos teóricos. Para restaurar bien hay que tener claro el funcionamiento de todos los mecanismos del vehículo y eso conlleva una buena formación teórica. Mariano expuso siete años atrás la restauración de una moto BMW R12 pero para esta ocasión nos reservó el plato fuerte de un Lancia Aprilia.

En esta restauración no se dejó ni un sólo tornillo sin desmontar. La elección de este coche se debió a motivos sentimentales ya que fue con el que Mariano aprendió a conducir, pero al llevar el volante a la derecha y al ser un vehículo rápido para la época la familia decidió deshacerse de él. Cuando en el año 2000 Mariano se enteró de una unidad abandonada fue a comprarlo. El estado era de ruina total, pero él se propuso devolver a la vida a ese sueño de su juventud.

Como dice Mariano el secreto de estos procesos tan largos es disfrutar los momentos de trabajo y no tener prisa ni fijarse plazos para terminarlos. Tras siete años el resultado es espectacular. Necesitó otra carrocería que encontró en el País Vasco sobrante de otra restauración, para poder dejar el proyecto con la originalidad que se requiere. En este trabajo el restaurador hizo todo el proceso en el garaje de su casa, desde la mecánica hasta la chapa y pintura. Escogía días húmedos para poder pintar sin cabina. Lo único que mando a realizar fue la costura de la tapicería, aunque los patrones, el relleno etc.. salieron de sus manos. Mariano expuso muchas vicisitudes, pero tan sólo tuvo que fabricarse las manillas de puertas y la bomba de agua. El resto pudo recuperarlo o bien pudo comprar piezas originales.

El coche técnicamente fue un adelantado a su época. En primer lugar, por el diseño trasero, que fue revolucionario y tenía un coeficiente de penetración en túnel de viento puntero para la época e incluso bueno en la actualidad. El motor era muy potente también e incluso antes de lanzarlo al mercado le redujeron el carburador para adecuarlo a una velocidad de 120km/h ya que en las pruebas superaba los 130km/h. De hecho, fue un coche muy popular en las carreras, ya que cambiando la carburación y los colectores se preparaba rápidamente para la competición. También fue revolucionario su tren trasero y su sistema de amortiguación que hacían una especie de amortiguación independiente a cada rueda.

Las dos horas de charla fueron muy amenas y sorprendentes. Tras los pertinentes ruegos y preguntas, los asistentes pudimos ver y tocar la obra maestra de Mariano.

Finalmente trasladamos el coloquio al restaurante donde clausuramos las jornadas con una buena comida aragonesa. 

 

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