XXVI Salida de la Sección Porsche: de Anoia al Baix Penedès

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Después de la emotiva cita de la 25ª salida de la Sección Porsche y celebrada la efemérides como era debido, era turno de continuar y el sábado 18 de febrero esta activa sección del Clàssic Motor Club del Bages volvió a cumplir con las expectativas y con el lleno asegurado desde muchos días antes, culminó esta nueva salida con ruta turística incluida entre las comarcas de Anoia y el Baix Penedès.

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El punto de encuentro fue la gasolinera del Bruc, en la autovía  A-2. El día nos recibió con un cielo azul esplendoroso, pero poco después la densa niebla que iba cayendo hizo temer por la brillantez de la jornada. Apenas se veía bien a poco más de 20 metros. Afortunadamente solo fue temporal y tras unos kilómetros de marcha volvió el magnífico sol y la agradable temperatura que nos acompañó el resto del día.

Por una vez, a modo de experimento y porque se contaba con la incorporación de dos compañeros que a partir de ahora colaborarán en la organización de las salidas de la Sección, se superó la que se consideraba la participación máxima, cifrada hasta ahora en 30 vehículos. De esta manera, fuimos 42 Porsches de diferentes modelos y 79 personas. Este cambio obligó a algún ajuste en la dinámica de las últimas salidas, pero la organización tomó nota de la experiencia de cara la futuro.

El recorrido transcurrió por Igualada, Sant Martí de Tous, La Panadella, Sant Guim de Freixenet y parada a Montfalcó Murallat para ver una villa amurallada que es de manual, pequeña pero reveladora de su esencia.

Allí, en el único restaurante que hay, sus amables amas tuvieron la gentileza de abrir expresamente para nosotros y permitirnos repostar sólido y líquido. ¡Gracias, Anna, volveremos!

Continuamos pasando por Cervera y, por la carretera de la Guardia Lada, fuimos en busca de la del río Corb para llegar a Maldà y girar hacia Vallfogona de les Monges, Rocallaura, Sarral, Vila-rodona, Rodonyà, El Montmell y acabar en Priorat de Banyeres, junto a Llorenç del Penedès. En total, la nada despreciable cifra de 180 km por tierras de secano poco transitadas y paisajes que visitamos realmente poco.

Para acabar, y como quien no quiere la cosa porque somos una pandilla de gente profundamente espiritual, por respeto a la temporada y al territorio nos vimos prácticamente obligados a hacer una calçotada, con todo lo que implica, y en contra de nuestra proverbial austeridad, la cual no podemos probar documentalmente… pero os pedimos que os la creáis. Permitidnos la broma. No es más que un síntoma del buen ambiente que nos encontramos en estas salidas. La calçotada estuvo muy bien, eso sí. ¡Nos vemos en la próxima, que será en Montmeló!

Fotos:  Xus Domene

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