En la primavera de 1964, Opel restructuró su oferta de la clase premium y, tras un paréntesis de 20 años, volvió a dirigir su mirada hacia los clientes de sedanes de lujo. Kapitän, Admiral y Diplomat fueron los “Tres Grandes”, tal y como la compañía se refería a ellos en su publicidad. Los vehículos adoptaban el diseño lineal inspirado por los modelos estilísticos de la compañía matriz americana de Opel, General Motors. Tanto los diseñadores como los críticos llamaban a este tipo de estilo “nueva visión”, una clara desviación de las carrocerías ornamentales y barrocas.